Bien Verde ¿Querés privacidad o delimitación en tu jardín? En lugar de colocar tapias podés usar un cerco vivo.
Un cerco vivo es una alineación de árboles y arbustos plantados con muy poca distancia entre ellos, lo que da como resultado una especie de muro que se puede utilizar para protección o seguridad, para dividir espacios en el jardín, marcar un camino, delimitar un lote, crear sitios de sombra, enriquecer el paisaje y darle vida a un parque, entre otras cosas.
Existe una gran variedad de especies de plantas que sirven para hacer un cerco vivo. Todo dependerá de nuestro objetivo en particular y de las condiciones del lugar en donde planeemos colocarlo.
Si cuentas con experiencia y habilidad puedes hacerlo tu mismo, aunque lo más recomendable es acudir a un especialista para la colocación y también pensar en contratar un experto para la poda y el mantenimiento futuro de los arbustos.
Un cerco vivo brindará múltiples beneficios a tu jardín ya que como todas las plantas, será productor de oxígeno, purificando el aire a su alrededor. Además mejorará las propiedades del suelo creando un microclima favorable para cualquier espacio.
Al ser natural y poder renovarse a través del crecimiento y la poda, será más duradero que otros materiales que pueden desgastarse debido a factores climáticos y además protegerá el jardín contra el viento y las lluvias fuertes.
Otro beneficio que vale la pena nombrar es que la mayoría de estos arbustos y árboles son de crecimiento rápido por lo que en poco tiempo cumplirán su objetivo. Con respecto al mantenimiento, será necesario unas 4 veces por temporada con un riego de 1 o 2 veces por semana aproximadamente.
Ahora te mostramos algunas especies que podés usar para crear tu cerco vivo:
Fotinias
Este arbusto puede llegar hasta los 3 metros de altura. Cuenta con tonalidades rojizas y verdes de gran atractivo ornamental. Sus hojas suelen tornarse rojas en primavera o luego de ser podadas, cuando rebrotan las hojas nuevas. Se trata de una especie de hoja perenne que resiste muy bien un amplio rango de temperaturas.
En ambientes de temperaturas suaves, no suele perder las hojas, aunque sí lo hará si se enfrenta a temperaturas muy bajas durante los meses de otoño e invierno. Su floración es de gran atractivo, ya que produce muchas flores blancas de pequeño tamaño. Al producir frutos, estos permanecen en la planta durante todo el invierno.
Se cultiva a pleno sol y en ambientes con muy buena iluminación, aunque pueden crecer perfectamente en zonas de semi sombra y es lo recomendable si hay temperaturas excesivas.
La poda se suele realizar a inicios de primavera o finales de otoño, antes de la llegada del frío.
Eugenias
Las Eugenias pueden alcanzar desde 4 hasta 7 metros. Se lo suele llamar arbusto multicolor porque en cada estación va cambiando su tonalidad. Durante el invierno su color es ocre, en primavera combina el ocre con un verde oscuro, en verano adquiere un color verde brillante mientras que en otoño vuelve la misma tonalidad que en primavera.
Prefiere lugares sombríos o con luz durante la mañana aunque se adapta muy bien a pleno sol. Lo más importante es no regar esta planta en exceso ya que puede traer problemas de hongos o pérdida de hojas. Recomendamos regarla 1 vez por semana en primavera verano y cada 15 días en invierno.
En cuanto a la poda, si deseamos que las plantas estén muy tupidas debemos podar durante los meses de invierno para que en primavera las plantas se llenen de hojas nuevas.
Laurentinos
Pueden llegar a los 2- 4 metros de altura. Esta planta posee hojas ovaladas de color verde oscuro en la parte superior y más claras en la parte inferior. Se caracteriza por ser muy resistente y de fácil cultivo.
Sus flores blancas o rosadas aparecen en invierno y primavera especialmente si tiene buena exposición al sol. En cuanto a los frutos, son pequeños y de color azul oscuro por lo que aportan un toque ornamental interesante.
La exposición puede ser a pleno sol o a semisombra. Toleran el frío pero no las heladas intensas y recurrentes. Los riegos serán moderados teniendo en cuenta que son bastante resistentes a la sequía. Y la poda se recomienda a finales del invierno.
Buxus
Su crecimiento es lento pero puede llegar a alcanzar hasta los 12 metros de altura. Se caracteriza por su follaje compacto de color verde fuerte, el cual es tóxico tanto para humanos como para animales.
Son arbustos perennes muy duraderos que no requieren de grandes cuidados. Se adaptan a diferentes tipos de suelos y funcionan tanto en sol o sombra como en semisombra.
Poseen una gran resistencia a altas temperaturas, vientos fuertes y sequía.
Se recomienda podarlos en su temporada de crecimiento a finales del invierno.
Eleagnus
Se trata de un arbusto perenne que puede llegar a los 4 metros de altura. Tiene hojas con borde ondulado que pueden ir de un color verde grisáceo a verde oscuro con manchas amarillas en el medio.
Florecen en otoño dando pequeñas y aromáticas flores blancas y producen frutos rojizos con forma de baya.
Soporta bien una ubicación a pleno sol pero también pueden vivir perfectamente en semisombra. Son capaces de soportar gran variedad de temperaturas resistiendo el frío y heladas no demasiado intensas.
Se recomienda realizar la poda a finales del invierno.
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