¿Cómo detectar el exceso de riego en plantas?. Existen algunos errores que son más comunes entre los aprendices de jardinería que en los más expertos en el tema. Uno de ellos es pensar que sólo la falta de riego puede dañar nuestras plantas. Sin embargo, el exceso de agua es un problema mucho más peligroso que el primero.
Por ello, te enseñaremos las señales que te brindan las plantas cuando tienen exceso de riego. Además, también te daremos unos cuantos consejos para poder salvarla antes de que muera.
Como hemos explicado, el exceso de agua es un problema mucho más grave que la falta de riego ya que poco a poco va pudriendo las raíces hasta dejarla sin éstas. Si una planta se queda sin raíces finalmente morirá.
Signos principales que te ayudarán a detectar que estás regando en exceso:
- Tallos caídos y pesados
Tu planta luce marchita y decaída, pero cuando tocas el sustrato está húmedo. Es extraño, porque la planta luce verde, pero triste y con los tallos pesados. Debes prestar atención a la base del tronco, que está en contacto con el sustrato, porque es la primera parte en pudrirse.
- Hojas marrones
Las hojas se ponen marrones cuando las raíces no pueden satisfacer la demanda de humedad de la planta, entonces comienzan a distribuir lo que logran conseguir para mantener los procesos más básicos, dejando de lado las partes más altas y alejadas primero, que comenzarán a secarse y el tejido eventualmente morirá. Esto ocurre cuando no riegas lo suficiente, pero si riegas demasiado, ahogaras las raíces que no podrán absorber bien el agua y tendrás el mismo efecto porque en ambos casos se afectan las raíces. Debes estar pendiente de las puntas de las hojas, que son las primeras en sufrir.
- Hojas amarillas que caen
Este es uno de esos signos típicos que casi todo el mundo reconoce de entrada. Las hojas y tallos de la planta lucen amarillentos, pesados y de color claro. la planta deja de crecer y desarrollarse. El color amarillo de las hojas tiene nombre: clorosis y ocurre cuando a la hoja le falta clorofila, que es lo que le da el pigmento verde. Al no haber suficiente clorofila, la planta deja de sintetizar la luz solar, es decir que no hace la fotosíntesis así que no podrá alimentarse y morirá.
- Raíces podridas
Este síntoma no se aprecia a simple vista, presta atención a la base del tallo, pues se oscurece y se pone blando. Cuando el sustrato permanece húmedo por demasiado tiempo, entonces se crean las condiciones perfectas para que ciertos hongos proliferen y hagan de las suyas.
Los primeros síntomas de la pudrición de raíces son hojas amarillas y tallos caídos. Si sacas la planta del sustrato y miras las raíces, notarás que son de color marrón, se ven viscosas y huelen a podrido, a humedad y moho. En este punto, el daño es irreparable. El gran problema es que si la planta está en el suelo o comparte macetero con otra, el hongo contaminará el sustrato y puede propagarse a otras plantas. Es una enfermedad que se expande.
- Aparecen ampollas
Esto se debe a que la raíz de la planta absorbe agua para suplir las necesidades de la planta, pero si tiene demasiada a su disposición lo que hará es que el agua se comience a acumular en las células de las hojas, formando ampollas que parecen lesiones.
Consejos para poder salvar una planta con exceso de riego
En general, el exceso de riego en plantas suele ser un problema bastante difícil de solventar. Sin embargo, si sólo has detectado un par de síntomas anteriores y ves que el daño no es mortal aún, puedes intentar salvar el vegetal con estos pasos:
- En primer lugar tendrás que sacar el cepellón con mucho cuidado de la maceta para no romperlo.
- Después envuélvelo con dos o tres capas de papel absorbente y déjalo así durante 24 horas.
- Si durante ese período notas que el papel está empapado, tendrás que retirarlo y volver a envolverlo con uno nuevo.
- Cuando hayan pasado esas 24 horas y el papel haya absorbido toda la humedad tendrás que poner de nuevo el cepellón en la maceta. No lo riegues durante un par de días.
- Si el daño no fue mortal, tu planta sobrevivirá. Sin embargo, debes tener cuidado a la hora de regar o solucionar aquello que esté provocando ese exceso de humedad. Sino, volverás a tener el mismo problema.